¿Como puedo regenerar el tejido dañado?
Vitamina C:
La vitamina C (ascorbato) ha sido el nutriente que más trabajos de investigación y aplicaciones ha acaparado en el ámbito oncológico.
Desde el momento en que Cameron indicó que la vitamina C tenía efectos beneficiosos en los pacientes de cáncer (Cameron y Campbell; 1974), se han publicado diversos estudios sobre el potencial terapéutico de este nutriente (Meadows, et al; 1991; Tsao, 1991; liu, et al; 2000; Alcain et al; 1994).
La vitamina C funciona como agente anticancerígeno debido a su actividad antioxidante, es decir, al neutralizar las especies reactivas de oxígeno (ROS). Ahora se sabe que la vitamina C ejerce esta función de muchas otras formas.
Los estudios realizados por Maramag, et al. (1997) con células cancerígenas de próstata indican que la vitamina C inhibe la división y el crecimiento de las células cancerígenas mediante la producción de peróxido de hidrógeno.
La vitamina C desempeña una función crítica en la producción y la estructura de fibras de colágeno y define en buena parte la composición de la MEC (membrana extracelular). En consecuencia, la vitamina C puede reforzar la MEC y crear un efecto de encapsulación que puede dificultar el avance de las células cancerígenas (Rath y Pauling, 1992; Roomi, et al; 2003).
Algunas de las propiedades destacadas de la vitamina C son:
Es clave en la elaboración y mantenimiento del colágeno, la proteína indispensable para la fabricación del tejido conectivo en la piel, los ligamentos y los huesos.
Combate las infecciones bacterianas y virales.
Desempeña un importante papel en el mantenimiento de los capilares y arterias sanas.
Detoxifica el organismo de sustancias nocivas como el plomo, cadmio, cobre, arsénico, DDT, mercurio y otros muchos tóxicos medioambientales.
Fortalece el sistema inmunológico y tiene un papel protector contra el cáncer.

los superpoderes de la Vitamina C
¿Que és Lisina?

L-lisina:
La principal barrera de la membrana basal y la MEC es el colágeno. Las fibras de colágeno son cadenas helicoidales triples de aminoácidos firmemente unidas. La fuerte unión de las fibras de colágeno se consigue mediante la formación de enlaces de hidrógeno entre las distintas cadenas de fibrilos de colágeno y la hidroxilación de moléculas de prolina y lisina en las cadenas de colágeno. Mientras que los aminoácidos prolina y lisina resultan necesarios para la formación de las cadenas de colágeno, el ácido ascórbico es esencial para la reacción de hidroxilación. Por tanto, resulta necesario proporcionar las cantidades adecuadas de prolina, lisina y ácido ascórbico en la dieta para formar un matriz extracelular sana y fuerte.
El nuevo enfoque de control del cáncer por la sinergia de nutrientes presentado por Rath et al. (1992) puede resumirse de la siguiente manera:
- Todas las células cancerígenas se extienden con el mismo mecanismo patógeno: la producción/activación de enzimas proteolíticas selectivas que digieren la matriz extracelular. Sin embargo, el mecanismo más extendido es la activación del plasminógeno al aumentar de 10 a 100 veces la secreción del activador del plasminógeno como resultado de la transformación maligna de las células. En cambio, la plasmina activa desencadena la activación de las metaloproteinasas (MMP), las colagenasas y otras enzimas proteolíticas, lo que conduce a la degradación de las membranas basales y la matriz extracelular. Para determinar la agresividad y la malignidad de cualquier tipo de cáncer, basta con conocer el porcentaje de degradación de la matriz por acción de las células cancerígenas.
- Por su capacidad de inhibir la activación de la plasmina, un aminoácido natural como la lisina, así como sus análogos sintéticos, es capaz de reducir o bloquear la degradación del tejido y, en consecuencia, frenar el crecimiento del cáncer y la metástasis. De hecho, la lisina puede inhibir la mayoría de las MMP al interferir en el activador de plasminógeno de tejidos y, en consecuencia, en la conversión del plasminógeno en plasmina, enzima esencial en la cascada de activación de la MMP. Con este mecanismo, la lisina puede ayudar a reducir la ruptura de las fibras de colágeno de la MEC, las membranas basales y las paredes de los vasos sanguíneos, y reducir así la capacidad metastásica de las células cancerígenas (Rath et al; 1992; Sun, et al; 2002).
- La sinergia terapéutica de la lisina con la vitamina C es particularmente deseable; mientras la lisina puede inhibir la degradación del MEC, la vitamina C, combinada con otros micronutrientes, aumenta la estabilidad del tejido conjuntivo al optimizar la producción de colágeno y otros componentes de la matriz. Los principales objetivos terapéuticos de la administración combinada de lisina y vitamina C son la encapsulación del tumor y la prevención de metástasis.
Con arreglo a estos descubrimientos, Rath et al; propusieron que se pudieran controlar todos los tipos de cáncer con dosis óptimas (es decir, terapéuticas) de algunos nutrientes esenciales. Esta conclusión de gran alcance está corroborada con el establecimiento de descubrimientos clínicos.
Los pacientes de cáncer se caracterizan por tener una baja concentración de ácido ascórbico en plasma (Anthony, et al; 1982; Nunez, et al; 1995; Kurbacher, et al; 1996; Gachkowki, et al; 2002).
Esto puede deberse a la disminución de la ingesta de ácido ascórbico en la dieta, ocasionada por la inanición observada en pacientes con cáncer, así como al aumento de la demandas de ácido ascórbico debido a la ruptura excesiva de la MEC.
La lisina es un aminoácido esencial, ya que el cuerpo no puede sintetizarlo. La disminución de ingesta de alimentos en los pacientes con cáncer y esencialmente en aquellos con dietas bajas en proteínas, seguramente provocará una deficiencia de este nutriente.
¿Que és la Prolina?
La principal barrera de la membrana basal y la MEC es el colágeno
L-prolina:
La prolina se sintetiza normalmente en el cuerpo, pero el tejido tumoral tiene un bajo contenido de hidroxiprolina (Chubinskaia, et al; 1980). Asimismo, se ha descubierto que la hidroxiprolina urinaria en pacientes con cáncer es superior a la existente en personas sanas o pacientes sin cáncer (Ikazaki et al; 1992). Estas observaciones sugieren el aumento de la ruptura de la matriz extracelular en tejidos cancerígenos.
Es muy probable que la síntesis de la prolina en el cuerpo no pueda mantenerse con esta demanda adicional, por lo que se produce una deficiencia condicionada de prolina y la subsiguiente reducción de la formación de fibras de colágeno.
Estas deficiencias provocan la formación de una MEC débil, que facilita la ruptura de la estructura de la MEC por las células cancerígenas. La ingesta adecuada de estos nutrientes por parte de los pacientes con cáncer debería, por tanto, tener resultados beneficiosos en la prevención de la metástasis.
En nuestros estudios sobre la invasión de la Matrigel por las células cancerígenas, hemos observado que la adición de lisina, prolina y ácido ascórbico a un medio de cultivo con aproximadamente las mismas concentraciones que se encuentran en la sangre de personas sanas, inhibió la migración de las células cancerígenas a la membrana Matrigel en un 50%, un 10% y un 30% de los casos de células del cáncer de mama (MDA-MB-231), células de melanoma (A2058) y células de cáncer de colon (HCT116), respectivamente (Netke, et al; 2003).
Bioflavonoides:
Los bioflavonoides protegen la circulación sanguínea, el colágeno y favorece la absorción de vitamina C.
Los bioflavonoides, conocidos como vitamina P, son moléculas hidrosolubles y están compuestas por un grupo de pigmentos brillantes que frecuentemente se encuentran en frutas y vegetales en compañía de la vitamina C. Los componentes de los bioflavonoides son: naranjina, hesperidina, rutina, flavones y flavonales.
La vitamina P es esencial para la correcta absorción y uso de la vitamina C. Ayuda a esta vitamina a mantener saludable el colágeno, proteína fibrosa que sirve de cemento intercelular y que da elasticidad a la piel. A su vez, los bioflavonoides actúan como antioxidantes, ya que evitan que las enzimas que se unen al cobre, oxiden la vitamina C.
Estos nutrientes son vitales debido a que refuerzan los capilares sanguíneos y regulan su permeabilidad. Por esta causa, los bioflavonoides ayudan a prevenir hemorragias y rupturas de capilares y tejido conectivo, además de construir una barrera protectora contra las infecciones.
Indicaciones (Para más información consultar www.dr-rath-research.org)
Activar el metabolismo y el sistema inmunológico. Proteger, reconstruir y reforzar el tejido conjuntivo dañado por las metalocolagenasas, Prevención de metástasis y réplica de las células cancerígenas; evitando la formación de tumores secundarios y favoreciendo la apoptosis célula